viernes, 11 de octubre de 2013

Capítulo 18

- Glow, despierta- digo dándole un codazo - están poniendo el himno.
- ¿Quién ha muerto? - dice frotándose los ojos.
- La chica del 7 y el chico del 3.
- Eso ya lo sabíamos- dije volviéndose a acurrucar.
Le quito la chaqueta y digo - No podemos quedarnos aquí toda la noche en medio de la playa, ¿quieres que nos maten?- sacude la cabeza - además me toca dormir a mi un rato.
- Y ¿a dónde vamos?- añade mientras recogemos las cosas.
- No losé, podríamos volver a mi escondite o...
- Podríamos volver al mío; no nos engañemos, Finnick, si volvemos a cualquiera de ellos nos encontrarán.
- ¿Qué propones?
- A ver en esta arena hay tres partes: las dunas, el mar y las rocas; y la maleza.
- Sí- asiento
- Pues mira, ayer huyendo de los profesionales, al ir hacia las rocas me caí en un agujero; era una cala subterránea, lo que significa que hay otra forma de entrar aunque sea teniendo que nadar.
Nos dirigimos hacia las rocas, dejamos caer las provisiones por el agujero y nos metemos en el agua.

Está amaneciendo y veo a Glow exhausto, cogido a una roca.
- ¿Estas bien?
- Sí, solo es la sal y el costado. No pegan - no le creo, sé que su costado empeora y el coral no hace efecto.
- Sal del agua y entra por la grieta.
- Vale - se nota que lo dice aliviado.
Llevo un buen rato buscando la entrada pero no la encuentro, voy a subir a la superficie cuando me doy en la cabeza. Me doy cuenta que estoy en una cueva submarina y que, ahí delante se ve luz; sigo nadando y encuentro la cala, hay una especie de tragaluz y por él cae un paracaídas plateado; lo cojo, lo abro y veo un pequeño botecito con crema.
- ¡Glow! ¡Glow! - en cuanto le llamo cae rodando por el tragaluz, se levanta de un salto y suelta.
- Dime - le enseño el paracaídas a modo de respuesta.
- Creo que es para cicatrizar las heridas- lo aplico en su costado y después en mi hombro.
- Deberíamos dormir, aquí no nos encontrarán - no le contradigo ya que estoy agotado, cojo el saco y me dispongo a dormir; Glow está tumbado con la cabeza en una roca, no estoy seguro de lo que voy a hacer pero igualmente lo hago. Cojo el cuchillo y rompo el saco por la mitad, me tumbo sobre una mitad y le tiro la otra a Glow; tarda un rato en cogerlo pero acaba haciéndolo.
- Gracias - responde con un hilo de voz.
- De nada - respondo sin inmutarme.

Abro los ojos y la luz naranja del sol inunda la cueva; ya es media tarde; Glow no está, ni tampoco uno de mis cuchillos. Cojo el cuchillo sobrante e intento subir por el tragaluz, me doy repetidas veces contra la roca pero el hombro no me duele, la cicatriz casi ha desaparecido.
Ya estoy en la superficie y no veo a Glow, solo a los profesionales: están acampados justo enfrente, bajo unos árboles y yo me pregunto si tendrán ahí a Glow o ya lo habrán matado y yo no he oído el cañonazo, si es así en un par de horas lo sabré.


Espero que os haya gustado, y si es así que os suscribáis, comentéis y lo paséis. Muchos besos y que la suerte está siempre de vuestra parte, tributos :)

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